sábado, 25 de febrero de 2012

Sobre la "Primavera Valenciana"

España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.

Artículo uno de la Constitución Española de 1978, norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico a la que, por tanto, están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España. Ratificada por el pueblo español, en referéndum  el 6 de diciembre de 1978, entró en vigor el 29 de diciembre del mismo año, y sigue vigente a nuestros días.

En primer lugar, no hace falta saber mucho de matemáticas, para hacer un pequeño cálculo y determinar que casi la totalidad de esos jóvenes que están agitando la paz social de nuestras calles, ni siquiera habían nacido. Y no quiero jugarme nada, pero seguro que triunfaría, al afirmar que un alto porcentaje de ellos, pongamos un 90 %, ni tan siquiera han leído jamás ese artículo primero. Simplemente porque dicen que eso no va con ellos.
 
En esta norma, “ley de leyes”,  se garantizan en su título Primero los derechos fundamentales y las libertades públicas de TODOS, absolutamente TODOS los ciudadanos, algunos “bien” conocidos por estos jóvenes (derecho a la vida, a la integridad física y moral; a la libertad, el derecho de reunión,…) u otros menos conocidos por ellos o simplemente obviados  (garantías  a las libertades ideológicas, religiosas o de culto; derecho a la libertad “de los demás” y a la seguridad,…), entre otros muchos. Desconocen o presumen ignorar que ese derecho de reunión se garantiza siempre y cuando sea de manera pacífica, no se porten armas y en caso de reuniones en zonas de tránsito público y en todo caso de manifestaciones, hay que dar conocimiento previo a la autoridad. Sí, lo desconocen o, como digo,  simplemente lo obvian.
 
Dicho esto, es lamentable la postura que están mostrando estos jóvenes de nuestra sociedad, que por fortuna, no son muchos, pero que contaminan de una manera fulminante a las masas, buscando la confrontación, ya no solo social, si no que movidos a saber por qué, buscan la confrontación política. Saben donde lo hacen. Los problemas y las consecuencias de esta crisis que no son “de ayer”, los venimos sufriendo todos en todos los rincones de España. Si hace unos meses fue Madrid, con el movimiento del 15-M, ahora es en Valencia con este movimiento llamado Primavera Valenciana, comunidades gobernadas en las últimas legislaturas por el Partido Popular. ¡Qué casualidad!, que en la Comunidad Andaluza, con la tasa más alta de paro de todo el país, un 31,23 %, no haya incidentes ni disturbios. Aunque no hace falta ser muy ingenio para saber que como en las próximas elecciones autonómicas andaluzas, el color político cambie, esta “paz social” se va a ver alterada. Sin indagar más, se puede deducir por tanto que estos movimientos están politizados y son estos jóvenes los “pringados” que dan la cara por que otros no tienen la poca vergüenza de reconocerlo. Ya no se trata de partidos, no. Uno puede ser de derechas y no compartir políticas del PP, o en el caso de la izquierda, y no compartir políticas del partido mayoritario o del extremadamente de izquierdas. Se trata de que estamos en una situación económica, laboral y social que desde hace unos años a estos días ha ido de mal a peor, en la que como las fuerzas políticas no cojan las riendas con firmeza, y algunas fuerzas pongan trabas, incluso tiren en sentido contrario, puede llegar a ser insostenible. Y eso no es bueno ni para unos ni para otros.
 
Lo de estos días de Valencia, sin lugar a dudas no ayuda a ello. Los radicales, que no las fuerzas policiales, han conseguido reventar una manifestación pacífica de estudiantes de instituto, ya de por sí cuestionada, pues no había sido comunicada a la Delegación del Gobierno.


Pero esta vez, algo les ha fallado. Se han ido desmontando todas las argumentaciones de estos energúmenos. Entre los detenidos, más de una cuarentena, solamente un menor. Entre los 17 heridos, 11 policías. Han salido imágenes y audios, que demuestran el desarrollo de la jornada, y como los efectivos de la UIP invitan educadamente a los manifestantes a deponer su actitud, y se pueden apreciar las respuestas de estos. Se ha demostrado como a través del perfil de un anarquista revolucionario en  la red social Twitter se difundió previamente el manual “¿Cómo actuar ante las cargas policiales”- Manual de disturbios”, manual que parece que sí se han leído. Salen representantes de los jóvenes manifestando sentirse acosados, perseguidos y tratados como en los tiempos “más casposos del franquismo”… esto ya es el colmo. Chavales: si hubierais  conocido esos tiempos que decís, a un policía “antidisturbios” –antes llamados “grises”- no le veis ni el bigote, y si no, preguntárselo a vuestros progenitores, ignorantes. 


Decís también que se han “producido detenciones violentas”. Resulta que para detener a un delincuente (según el diccionario de la R.A.E., “que delinque”, por ende, “que comete delito”, y sí, estas acciones de resistencia, desacato, desobediencia o incluso atentado a agente de la autoridad están contemplados como tales en el vigente Código Penal), en la gran mayoría de los casos, éste se resiste. Y no se usa la violencia. Simplemente se hace un empleo de la fuerza, justo el necesario para reducir al delincuente (si a alguien le molesta esta palabra, que se lea sus acepciones).   
 
Me hace gracia escuchar gritos como “fascistas” “nosotros te estamos pagando”,.. ¡ja, ja!. Y pregunto yo, ¿con qué ingresos?. Menos gracia me hace oír esos insultos de “cabrones, hijos de puta, cobardes, salvajes,..” o incitaciones tales que “¡esta lucha es a sangre y fuego!, quemaremos las calles”, o hacia la propia policía como “¡Quítate el casco!, ¡tú sólo, aquí! ¡os amparáis en vuestras pistolas”. Estos últimos son los que luego, en un cara a cara, entre el propio policía y el insurrecto, se cagan encima, y perdón por la expresión, pero es así de real. Son estos los peligrosos, los que amparándose en las masas, y en algunos casos intoxicados por ciertas sustancias se creen líderes, y luego como se dice en su propio argot, no tienen ni “media ostia”.

Hoy día, cuando se produce una carga policial, antes han pasado todas estas cosas que no salen a los medios porque ni interesa, ni vende, claro. Esos policías no están para agredir a nadie. Están para velar por la seguridad pública, la de los manifestantes y la del resto de la sociedad, y para hacer cumplir las reglas del estado de derecho. Cuando se realiza una carga, es porque hay unos hechos delictivos que la legitiman, y siempre con la “luz verde” de una autoridad gubernativa. Esa autoridad que hace unos meses faltó en la capital de España. Los policías no están de maniquís, y menos para aguantar burlas, insultos o agresiones. Tampoco están para cargar contra nadie. Están por que en su día decidieron dedicar su vida a la sociedad, a lo bueno y para lo bueno, y a lo malo y para lo malo. Son garantes de todos y cada uno de esos derechos y libertades que la Constitución establece para todos los ciudadanos. Estos jóvenes no recuerdan que estos Policías también están, como hace unas semanas, para dar su vida por intentar salvar la de un joven imprudente con una irresponsabilidad propia de su estado, que estando de botellón de metió en el mar, en la playa coruñesa de Orzán. O para arriesgarlas salvando la vida de un hombre el pasado fin de semana, atrapado dentro de su coche en las aguas del rio Henares, en las proximidades de la localidad madrileña de Alcalá de Henares, ó salvando la vida de una mujer, inconsciente entre el humo y las llamas de un incendio declarado en su domicilio de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, hace tan solo unas horas. Estos jóvenes no valoran nada de esto.
 
Y vuelvo al tema político. En repudiable  ver como representantes del partido mayoritario de la oposición, que han estado gobernando estos últimos siete años y medio, manifiestan públicamente que estos chicos “son sus hijos”, por que desde luego, los mios no. Pues señores míos, un poquito de educación no les vendría mal (a sus hijos, digo). Y peor aún, que un partido del calado del PSOE secunde las movilizaciones de Valencia, como así han hecho en el Parlamento me parece gravísimo. Porque a mi juicioestas movilizaciones están impregnadas de cierto grado de terrorismo callejero, y con esta postura lo que va a hacer es alentar más y peligrosas manifestaciones. 
 
No quiero ser pesimista, y quiero pensar que aún estamos a tiempo de reconducir a la sociedad en general hacia la paz social. Lo que pase con la economía y la situación laboral es otro cantar, y el tiempo dirá. 
 
Y por supuesto mi total apoyo y reconocimiento a los efectivos de los cuerpos de seguridad, Policía Nacional, Guardia Civil, Policías autonómicas y locales, y mi solidaridad con los componentes de la U.I.P. de Valencia. Jamás se valora, lo que hay debajo del uniforme o detrás de una imagen, ni la dedicación o lo que se llega a dar a cambio de nada. Jamás.

1 comentario:

El Desván de mis palabras dijo...

Sale a la luz el perfil de facebook del tal "Albert Ordoñez", el presidente de la Fundación Valenciana de estudiantes, por supuesto perfil que ya ha eliminado. Menuda joyita "pacifista":

http://www.outono.net/elentir/2012/02/24/el-cabecilla-de-la-protesta-estudiantil-de-valencia-fan-de-fidel-castro-y-de-amaiur/