Diferentes motivos que no vienen al caso, impedían que
este año no me llegaran las mismas sensaciones de años atrás. Me costaba
llegar, aun intentando poner todo lo que tenía, pero me daba la impresión de
que no llegaba. De que quizás este año me iba a costar un poquito más disfrutar
de todo.
Pero pasaron las semanas, y al entrar en la sala-auditorio,
todo lo que me faltaba iba llegando. No solo esa sala, sino unas instalaciones
que por estos días se trasforman en un acumulador de energía bestial. Y te
llega el subidón, y no solo tu cuerpo y tu mente se aprovechan de esa energía,
sino que cuando ves las caras de los espectadores, sus sonrisas, sus emociones
expresadas en lágrimas, levantados todos, bailando, moviendo sus brazos, coreando,
sus aplausos… Sus palabras al final de cada pase, palabras de agradecimiento,
de reconocimiento, de sensaciones, de sentimientos, todas positivas. Me
empezaba a llegar esa energía a través de todos, de los de aquí, los del
escenario, camerinos, bambalinas, pequeños y grandes… Y de los de allí, de ese
público que ha querido ser testigo y dar fe de ello. Y de los del más allá, de
esas almas que están en algún lugar del universo, que dejaron este mundo
solamente de manera presencial, pero siguen estando espiritualmente entre
nosotros.
Ahora es hora de asimilar todo lo vivido estos últimos
días. Y lo habéis vuelto a hacer. Habéis conseguido que remonte el vuelo y me
levante cada día con esa energía y ese espíritu que solamente vosotros sabéis
transmitir. Sois los culpables, de que a pesar de ser hoy un día para pasar en
familia, me sienta un poco huérfano. Porque me falta toda la intensidad de
estos últimos días. Me falta la intensidad, pero tengo la energía…. A tope.
Sois la leche. Y como dijo ayer Manu, y no es nada nuevo: sin esperarlo, me
llevo muchísimo más de lo he podido ofrecer, y lo mejor de todo, me lo llevo a
cambio de nada.
No voy a citar a nadie. Porque sois todos los que formáis
esta gran familia de Siguiendo tus Pasos que nos hemos vuelto a reunir estos
días con un único propósito: el de hacer un poquito más felices a la gente de
aquí, y un poquito más felices a los niños de Uganda. Y me consta, que se ha
conseguido. Una vez más, compartir estos días con vosotros ha sido la mejor
forma de comenzar las fiestas navideñas.
Ayer se cerró el telón. Se cerró un capítulo de esta
historia. Noche de despedidas. Hasta luego, hasta la próxima o hasta siempre,…
¡quién sabe!. Lo único que tengo seguro
es que sois y seréis parte de mí y de mi familia.
Una vez más, gracias, gracias y gracias a quien en su día
nos abrió las puertas. Muchas gracias a todos y cada uno de vosotros. Sois
grandes… Sois Siguiendo tus Pasos…. Sois LA FUERZA DE UNO.