Hoy y a estas horas hace, exactamente ya, un lustro que nació un nuevo círculo
de amistad, gracias en parte a este mundo de internet. Con ese círculo,
entraron en mi vida, entre otras, dos personas muy importantes.
Dos vidas distantes y distintas, pero a la vez paralelas.
Dos vidas abofeteadas y arañadas en muchos momentos por la desesperanza, pero
que se pusieron de pie, siguieron caminando por su destino, solas o
acompañadas, sumando semanas, completando calendarios. Dos vidas a las que el
tiempo les está devolviendo parte de lo que les debía, porque cada herida, cada
cicatriz invisible en la piel, cada código de barras cifrado en el alma, han
ido haciéndolas más fuertes, ayudándolas a navegar por el aprendizaje del
dolor. Dos vidas de dos personas, a las que poco a poco fui conociendo y
apreciando muchísimo. Con las que compartí mucho en muy poquito tiempo.
Han pasado cinco años ya, y aunque hace mucho tiempo que no
nos vemos y hace mucho tiempo que no hablamos, os sigo teniendo presentes.
Aquí, un amigo para SIEMPRE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario