viernes, 6 de mayo de 2011

Otro varapalo al Estado de Derecho


Si queremos que ESPAÑA presuma de ser un estado de derecho y libertades no puede seguir bajo el desgobierno de una serie de personajes que no se merecen ni ver la luz del sol. La situación social, política y económica que atravesamos no es “moco de pavo”.  Y esta gentuza no hace nada más que mentir, malmeter y manipular. Se ríen de la sociedad continuamente, a sus caras, a través de sus comunicados o manifestaciones. O al menos eso es lo que se piensan ellos. Venden por nada algo que para cualquier otro ciudadano de otro país es sagrado: su patria. Son capaces de vender hasta a su madre.
 
Eso es lo que han hecho una vez más, y por desgracia no será la última, al permitir que ETA esté en las próximas elecciones municipales. Y lo han hecho a través del Tribunal Constitucional, mediante la decisión de 6 de sus miembros, los llamados progresistas, esos nombrados directamente por el partido socialista, sí, el del desgobierno, ¡que casualidad! Ese tribunal que, aunque así lo parezca y así nos lo intenten vender, como muchas otras cosas, nunca puede ser independiente en tanto en cuanto sus miembros son nombrados por partidos políticos, por lo tanto existe esa relación, aunque así se nos quiera ocultar, con el poder ejecutivo, el de ZP y su séquito.
 
Ni la sentencia del tribunal Supremo, basada en pruebas contundentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, en informes de la Abogacía y de la Fiscalía General del Estado, que demostraban que ETA estaba detrás de Bildu, han impedido que los terroristas puedan formar parte una vez más de las instituciones locales, por tanto, disfrutar de una fuente de ingresos públicos y acceder a gran cantidad de datos personales a través de los diferentes censos.
 
¿Habrá podido la presión del PNV, cuando amenazaban con retirarle definitivamente el apoyo al gobierno, si las listas electorales de Bildu no llegaran al 22-M? Claro que sí. Y ya pensando y “mareando un poco más la perdiz”, cuándo el Consejo de Ministros dio “luz verde” a la Abogacía y a la Fiscalía para tomar medidas y recurrir ante el Tribunal Supremo ¿lo hacían ya a sabiendas de que tenían en su poder ese último “as”, el del Tribunal Constitucional? Pues creo que sí.

Y siguiendo con el despropósito.  Hace siete años, cuando esta gentuza llegó al poder, cuando ni el mejor de los sondeos así lo auguraba, tras el fatídico atentado del 11-M, del que nunca hemos sabido la verdad,  cuando salía en algunos medios de comunicación una y otra vez, y así había indicios, de que ETA estaba detrás de los hechos que causaron el cambio político en España… ¿Y si esta hipótesis fuera cierta y esta “bajada de pantalones” es la moneda de cambio?

Cómplice es aquella persona que es responsable penal de un delito o falta, pero no por haber sido el autor directo del mismo, sino por haber cooperado a la ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos. Y aquí entre el desgobierno y la banda de asesinos, ha habido algo de esto.

Y victima una vez más son las propias víctimas del terrorismo. Las familias, los amigos, los compañeros de aquellos que perdieron la vida o sufrieron secuelas a manos de estos sanguinarios, siempre por la espalda. Víctimas son los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que se juegan la vida por el mero hecho de salir a la calle a defender la legalidad o proteger a altas personalidades en “territorio hostil”, que han recogido con sus manos los cuerpos sin vida de compañeros, cuerpos que han llevado sobre sus hombros, en tiempos, a escondidas; que han arropado en sus brazos a aquel que quedo malherido. Victima es la sociedad en general que ansía vivir sin miedo en un estado de derecho y libertad, sin la lacra del terrorismo que nos viene azotando desde hace muchos años. Una actividad terrorista que con esta vía que ha abierto el Tribunal Constitucional, le abre caminos, le da oxígeno.

Solo nos queda salir a la calle, una vez más, pero esta vez por un motivo que se pidió a gritos que no llegara, cuando algún politicucho de esos de izquierdas dijo que no había motivo para ello.

Pues ahí lo tiene. Para salir a la calle y para que dimitan, de una puta vez.

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