domingo, 5 de enero de 2014

El mejor regalo que uno puede esperar



Estimadas majestades:

Un año más y heme aquí como siempre, en el último momento, en esta mañana de un nuevo 5 de enero, en las vísperas de vuestra visita, plasmando mis peticiones hacia vosotros. Y es que más que pedir, tengo que agradecer una vez más esa generosidad que habéis tenido conmigo.
 
Aunque  sinceramente, empiezo a estar un poco mosqueado y a poner en duda vuestra existencia. Cierto es que durante este año he sido agasajado una vez más y se han visto cumplidas mis peticiones, pero estoy empezando a creer que los verdaderos Reyes magos, no sois los de Oriente. Empiezo a creer que los verdaderos son los que tengo día a día a mi lado, son mis hijos, mi familia, mis amigos… Ellos han sido los que verdaderamente, de algún modo u otro, han colaborado a que haya llegado hasta mí la salud, la sonrisa, los recuerdos, la ilusión, la fantasía, los nervios, la fe…, y todo aquello que me ha ayudado cada día, cada hora, cada minuto…

Pero como quiero seguir manteniendo esa ilusión, quiero creer que habéis sido vosotros quienes habéis puesto en mi vida a todas esas personas que han hecho que mis deseos se hayan visto convertidos en una realidad.

Por eso, este nuevo año, en esta nueva noche mágica, os voy pedir por primera vez que mantengáis y, si es posible y me creéis merecedor de ello, ampliéis esa lista de personas que me han trasmitido todo lo inmaterial que se puede desear y que no tiene precio. Que a través de ellos me llegue todo lo que os pido cada año. Que sean ellos vuestros reales pajes y me dejen cada día un poquito de vosotros. Que sigan estando ahí, para los momentos buenos y para los no tan buenos.

Ese es el mayor regalo que uno puede esperar.

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